Saturday, September 08, 2007

Primer amor.


Esto paso un 2 de Febrero de 1996. A pocas horas de comenzar un nuevo año, una noche de verano en la que nos reunimos en casa. estábamos solos en la habitación, y nos proponíamos dormir después de brindar con un par de sidras que había guardado para la ocasión. En fin no tardamos en llegar a la habitación, estaba mareado y sentía necesidad de cerrar mis ojos. Nos recostamos en mi cama, y como el calor no permitia conciliar el sueño mantenía mis ojos entreabiertos. No hubo conversión previa y se durmió profundamente sin siquiera quitarce el calzado. Y como fuerzas no me sobraban me recoste a su lado a observar; y me enamore de sus cejas, sus ojos cerrados, su nariz, sus labios todo se hacia mágico junto a la tenue luz de la luna que asomaba por la ventana entreabierta. El calor era insoportable y podía ver como la transpiración corría por su frente. Fue la primera vez que acaricie su rostro para limpiar las gotas que recorrían sus mejillas. No podía cerrar mis ojos, sus labios eran una atentación.Nuestras caras estaban frente a frente y un iman insostenible me acercaba lentamente. mis ojos entrecerrados apuntalaban la mira, aquellos rojos labios se acercaron lentamente y cual briza de verano cerramos el primer pacto de amor.El beso fue una centella pero perduro una eternidad.Al alejarme podía observar que seguía en su dulce sueño, podía sentir su reparación tan serca, y me sentí tan feliz que mi corazón quería salirse. juraría que latía tan fuerte que temía que despierte. Una vez mas me propuse intentarlo nuevamente, sin saber que esperaba de su parte me acerque nuevamente y sucedió. Fue entonces que abrió sus ojos, me tomo de las muñecas me se arrojo encima y me dijo: QUE HACES?...con un aire desafiante y una mirada de sorpresa. En ese momento no pude articular palabra, la sorpresa era mía y no tenia escusas. Se quito la remera, me arranco la camisa y me beso. Esta vez era mutuo. Nuestros cuerpos empapados se frotaban desenfrenadamente. No podíamos detener el ritmo de nuestros corazones, mientras acariciábamos cada parte de nuestros cuerpos. De repente se levanto, con el espanto en la cara, con las pupilas desorientadas, con su remera en la mano y solo pude ver como se retiraba en forma apresurada. No podía detener su apresurado escapar y me limite a gozar extaciado en mi cama. Esa noche no dormí, solo recordé cada momento. hasta que vi a mi mejor amigo retirarce de ese cuarto.

Pasaron dos años, y nos volvimos a ver. Nuestra amistad es mas fuerte que antes. Jamas mencionamos lo sucedido esa noche de verano. Hoy el esta casado, con dos hijos. Soy padrino del menor. Y cada vez que nos vemos, nos desnudamos con la mirada complice que nos delata, a partir de ese 2 de enero de 1996.